Vivir el presente nos libera de mucho sufrimiento inútil y muchas lamentaciones
que no nos valen para nada. No se trata de vivir un "presentismo"
sin referencias al pasado y sin proyectos de futuro,
sino de no dejar que el pasado y el futuro nos roben el presente,
nos impidan vivirlo en toda su densidad.
Consiste en saborear los sabores de la vida
(que unas veces son dulces y otros amargos),
sintiéndonos personas vivas.
que no nos valen para nada. No se trata de vivir un "presentismo"
sin referencias al pasado y sin proyectos de futuro,
sino de no dejar que el pasado y el futuro nos roben el presente,
nos impidan vivirlo en toda su densidad.
Consiste en saborear los sabores de la vida
(que unas veces son dulces y otros amargos),
sintiéndonos personas vivas.
Emma Martínez Ocaña
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