Felices quienes elevan a los humildes
por encima de los desprecios, las humillaciones
y la marginación y les ayudan a reconquistar su dignidad,
por fraterna humanidad, porque son los preferidos
del buen Dios y los principales destinatarios de su Reino de amor.
del buen Dios y los principales destinatarios de su Reino de amor.
Pedro Casaldáliga
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