lunes, 23 de septiembre de 2013

Paz interior y alegría.

Las caricias que nos brinca la naturaleza:
el tacto de la tierra,
de la corteza del árbol,
del agua,
los pies sobre la hierba,
los pasos en la arena...,
cualesquiera de ellos, nos relajan,
despiertan nuestra paz interior y alegría,
porque nos remiten a lo esencial.
Álex Rovira

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