Agradecimiento
Sólo
el ciego valora la luz
(Alejandro
Fernández Barrajón)
Únicamente quien
llega sediento
estima
sinceramente el vaso de agua fresca.
Únicamente quien
se ha quedado desnudo
agradece el
vestido que le ofrecen.
Únicamente quien
ha sufrido en las duras cunetas de la vida,
valora el gesto
de cercanía y la mano que se le tiende.
Únicamente quien
camina a tientas en la oscuridad,
queda
deslumbrado ante la luz de la amistad.
Únicamente quien
ha pasado hambre de verdad,
besa el pan y la
solidaridad con que se le ofrece.
Los satisfechos,
en cambio,
no
estiman,
ni
agradecen,
ni
valoran,
ni se dejan
deslumbrar,
ni
besan,
ni
sueñan,
ni
esperan…
Tienen bastante
con asegurar
el hoy y el
mañana,
tan
incierto.
Porque ninguno
de ellos puede comprar
un
amanecer,
la luz, el
cuerpo,
la caricia, la
rosa,
el viento, el
mar,
la mirada, una
sonrisa,
el
amor.
Y, aunque
pudieran,
jamás podrán
gozar,
perdiendo el oro
de su tiempo,
contemplando
tanta belleza…
Miguel Ángel Mesa Bouzas
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